Historia de Roche: La salud como legado

Desde nuestros inicios, creemos en el poder de la innovación para cambiar el destino de la salud. Lo que comenzó con la visión de un emprendedor suizo se convirtió en nuestro compromiso global: desarrollar soluciones que permitan a las personas vivir más y mejor. En cada descubrimiento, en cada avance, seguimos escribiendo nuestra historia en la medicina.

1896

Año de fundación – primeros éxitos

F. Hoffmann-La Roche & Co. nació en un momento en el que la revolución industrial estaba transformando Europa. El 1 de octubre de 1896, con tan solo 28 años, Fritz Hoffmann-La Roche fundó nuestra empresa en Basilea, Suiza, como sucesora de Hoffmann, Traub & Co. Fue uno de los primeros en reconocer que la fabricación industrial de medicamentos marcaría un antes y un después en la lucha contra las enfermedades. Desde entonces, nos hemos convertido en un referente global en el ámbito de la salud.

El farmacéutico Carl Schaerges, nuestro primer responsable de investigación, junto con el químico Emil C. Barell, demostraron la presencia de yodo en extractos de tiroides. Esto llevó a nuestra primera patente y publicación científica. El lanzamiento de Aiodin marcó el inicio de una serie de preparados para la tiroides.

Lanzamos Airol, un antiséptico desarrollado originalmente por Hoffmann, Traub & Co. Confiando en su éxito, adquirimos tierras en Grenzach, Alemania, y construimos una fábrica para su producción.

En 1898, introdujimos Sirolin, un jarabe para la tos con sabor a naranja que se convirtió en un éxito inmediato y permaneció en el mercado por más de 60 años.

En 1904, lanzamos Digalen, un tratamiento cardíaco puro y estandarizado. Más adelante, ampliamos nuestra cartera con el analgésico e hipnótico Pantopon (1909) y Sedobrol (1912), un fármaco para la epilepsia y trastornos nerviosos.

Nuestro director de investigación, Carl Schaerges, colaboró con Hermann Sahli, del Hospital Universitario de Berna, para desarrollar Pantopon, un innovador analgésico a base de alcaloides del opio, lanzado en 1909.

1897-1914

Expansión e Internacionalización

No tardamos en expandir nuestras operaciones. Entre 1897 y 1910, ampliamos nuestra fábrica en Grenzach (Alemania) y trasladamos gran parte de la producción. Fritz Hoffmann-La Roche y su socio Carl Meerwein crearon una red de agentes y filiales en Europa y otros continentes. Para 1914, ya teníamos oficinas en Milán, Nueva York, San Petersburgo y Londres.

1915-1927

Tiempos de crisis y resiliencia

La Primera Guerra Mundial trajo graves consecuencias para nosotros: un boicot alemán a nuestros productos, la pérdida de nuestro mercado y activos en Rusia tras la revolución de 1917, y fuertes pérdidas cambiarias. En respuesta, nos convertimos en una sociedad anónima. En 1920, lamentamos la muerte de nuestro fundador, Fritz Hoffmann. No obstante, un rayo de esperanza surgió con el estudio de Markus Guggenheim sobre las aminas biógenas, mejorando nuestro reconocimiento científico.

Dato clave:Emil C. Barell asumió el liderazgo como nuestro nuevo director ejecutivo, guiándonos en la recuperación.

1929

Roche llega a Latinoamérica

A principios de 1929, nuestra oficina central en Basilea asumió el negocio en América Latina, seleccionando Argentina como nuestro primer mercado clave. En poco tiempo:

  • Comenzó nuestra expansión en la región con un crecimiento sostenido.

  • Las ventas de nuestros productos en el país se duplicaron en comparación con 1913.

1928-1944

El refuerzo vitamínico supera la crisis

Con Emil C. Barell al frente, logramos superar la crisis económica gracias al desarrollo y producción de vitaminas sintéticas. Este avance nos permitió recuperar nuestra posición y expandirnos nuevamente.

Realizamos nuestras primeras inversiones en el mercado estadounidense, estableciendo presencia en Nueva York y Nutley.

Historia de éxito de las vitaminas

En 1933, el futuro Premio Nobel Tadeusz Reichstein nos ofreció un método viable para sintetizar vitamina C. En un año, producimos nuestros primeros 50 kilogramos de vitamina C, marcando el inicio de nuestra producción a gran escala.

En 1938, las vitaminas se convirtieron en el pilar de nuestra empresa, con productos como:

  • Redoxon (vitamina C)

  • Benerva (vitamina B1)

  • Nestrovit (multivitamínico)

  • Beflavin (vitamina B2)

  • Ephynal (vitamina E)

1945-1964

Racionalización y avances científicos

A medida que consolidábamos nuestro liderazgo en la producción de vitaminas, diversificamos nuestro portafolio farmacéutico para evitar la dependencia de un solo sector. Iniciamos una nueva era de descubrimientos en antidepresivos, antimicrobianos y agentes de quimioterapia.

Un hallazgo clave: Nuestros investigadores descubrieron un compuesto de la clase benzodiazepinas, que ofrecía efectos sedantes sin causar somnolencia.

Se introduce un nuevo grupo de sedantes, conocidos como tranquilizantes. El científico Leo Sternbach redescubre un grupo de compuestos que lleva al desarrollo de las benzodiazepinas. Una de ellas, se lanzó posteriormente al mercado con el nombre de Librium. Los tranquilizantes pronto se convirtieron en uno de nuestros segmentos de productos más importantes.

Introducimos el fluorouracilo, nuestro primer fármaco contra el cáncer, sentando las bases para nuestro liderazgo en quimioterapia.

Valium, un ansiolítico de la familia de las benzodiazepinas, se convierte en un hito en la historia de la farmacología moderna.

1965-1978

Diversificación

Impulsados por el éxito de las benzodiazepinas, expandimos nuestra presencia en distintas áreas de la salud. En Suiza y Estados Unidos, creamos departamentos de bioelectrónica para desarrollar instrumentos médicos electrónicos, mientras que Rocom y Medicovision marcaron nuestra incursión en la publicación médica. También fortalecimos nuestra participación en el sector agroquímico con la adquisición de Dr. R. Maag AG y establecimos un nuevo departamento de diagnóstico en Nutley, EE.UU. Además, avanzamos en investigación con la fundación del Instituto Roche de Biología Molecular en Nutley, el Instituto de Inmunología de Basilea y el Centro de Investigación Nipón en Kamakura.

En 1968, dimos un paso clave en la medicina con la creación de nuestro departamento de productos de diagnóstico. Con este avance, comenzamos a desarrollar tests y analizadores automáticos, además de laboratorios de servicio para apoyar a hospitales y médicos en consulta.

Ese mismo año, inauguramos el Instituto Roche de Biología Molecular en Nutley, consolidando nuestra presencia en la investigación biomédica. Al año siguiente, abrimos el Instituto de Inmunología de Basilea, dirigido por Niels Kaj Jerne, quien más tarde recibiría el Premio Nobel de Medicina.

1979-1990

Una nueva estructura para el futuro

Reorganizamos nuestra estructura y creamos unidades de negocio independientes para una gestión más eficiente. A través de adquisiciones y desinversiones, consolidamos nuestras actividades y comenzamos a operar en cuatro divisiones clave: productos farmacéuticos, vitaminas y químicos finos, diagnósticos y aromas y fragancias.

En 1980, aislamos interferón alfa puro en el Instituto Roche de Biología Molecular e iniciamos, junto a Genentech, su producción modificada genéticamente.

En 1982, presentamos Rocephin, un antibiótico innovador que en 1987 se convirtió en nuestro producto más vendido. Ese mismo período marcó el lanzamiento de Roferon-A, nuestro primer fármaco obtenido por ingeniería genética, y del analizador Cobas Bio/Mira en diagnóstico.

1991-2000

Expansión Internacional y Desarrollos Innovadores

Gracias a nuestro compromiso con la investigación y la innovación, seguimos avanzando en el desarrollo de terapias farmacológicas que no solo mejoran la calidad de vida de los pacientes, sino que también optimizan los tratamientos al reducir costos y acortar las estadías hospitalarias.

En 1991, adquirimos los derechos globales de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), una técnica que permitió desarrollar pruebas más rápidas, sensibles y precisas en múltiples áreas médicas y de investigación.

En los años 90, lanzamos Herceptin, el primer tratamiento dirigido para el cáncer de mama metastásico, y MabThera, que mejora la supervivencia en leucemia, marcando un hito en la oncología.

Introdujimos Invirase, el primer inhibidor de la proteasa del VIH (Premio Galien 1999), y Fuzeon, que impide la replicación del virus (Premio Galien 2004).

Presentamos una serie de analizadores como Cobas Integra, Cobas Core II y Cobas Amplicor, junto con Accu-Chek, facilitando el control de la diabetes con pruebas prácticamente sin dolor.

En 1998, adquirimos Boehringer Mannheim, consolidándonos como líderes en diagnóstico, y en 1991 sumamos a Nicholas, fortaleciendo nuestra cartera de medicamentos sin receta.

2000-2006

Enfoque en biotecnología y medicina personalizada

Nos consolidamos como líderes en salud, enfocándonos en diagnóstico y productos farmacéuticos, mientras reforzamos nuestra presencia en biotecnología. Este cambio estratégico impulsó innovaciones en medicina personalizada, abriendo nuevas posibilidades en el tratamiento de enfermedades.

2004

Expansión en investigación global

Fuimos la primera empresa del sector en establecer un centro de I+D en Shanghái, fortaleciendo nuestras capacidades de investigación y desarrollo en Estados Unidos, Japón y Europa. Esta expansión nos permitió facilitar la innovación y mejorar el acceso a nuevas soluciones de salud.

2007 - Hoy

Hacia una atención sanitaria más precisa

El crecimiento de la biotecnología y el diagnóstico molecular ha permitido detectar enfermedades antes y tratarlas de forma más específica. En 2009, nos integramos completamente con Genentech y adquirimos empresas clave en genética y diagnóstico, reforzando nuestro liderazgo en medicina personalizada y en el desarrollo de tratamientos innovadores.

En 2007, fuimos reconocidos por el Financial Times por nuestra mejora en eficiencia de carbono. En 2010, nos consolidamos como la empresa de atención sanitaria más sostenible del mundo, manteniendo el liderazgo en el Índice de Sostenibilidad Dow Jones en los años siguientes.

Llevamos nuestra misión más allá de la innovación con una declaración de propósito global: Hacer ahora lo que los pacientes necesitan a continuación, reafirmando nuestro compromiso con el presente y el futuro de la salud.

Desde nuestra fundación, nos hemos dedicado a transformar la vida de los pacientes a través de la innovación en salud. Cada descubrimiento y avance nos acerca a un futuro donde las personas puedan disfrutar de más tiempo con quienes aman. Seguimos impulsando un futuro donde la medicina sea más precisa, accesible y personalizada.